No cabe duda de que el pastel de carne es muy popular alrededor de todo el mundo pero, ¿sabemos realmente dónde se inventó este plato?
El pastel de carne contiene muchísimos ingredientes salados además de la carne, y en lugares como América Latina las empanadas son consideradas como tal. Estas, por ejemplo, contienen ingredientes como la cebolla o el pimiento, que combinan con la carne e incluso el pescado.
Los orígenes del pastel de carne se encuentran en el Antiguo Egipto, allá por el 9.500 a.C., pues estos ya cocinaban pasteles a partir de avena, trigo, centeno y cebada que rellenaban con miel y luego cocían sobre las brasas.
Más adelante, los griegos copiaron este pastel con harina y agua, y por primera vez se rellenó de carne. A diferencia del Antiguo Egipto, en Grecia el pastel de carne se freía o se cocinaba bajo las brasas. Los romanos al probar este plato lo incorporaron de inmediato a su dieta, aunque añadieron algunos cambios. Utilizaron diferentes tipos de carne, ostras, mejillones o pescados para el relleno, y la pasta la hacían con harina, aceite y agua.
Ya en la Edad Media, los cocineros europeos crearon la masa con manteca de cerdo y mantequilla para conseguir una masa dura y que mantuviera su posición vertical. Muchos historiadores afirman que esa masa se ofrecía a los sirvientes, mientras que los adinerados se comían el contenido.
Fueron los italianos y los franceses quienes hicieron la masa del pastel de carne mucho más sabrosa con la mantequilla, y en el año 1440 fueron los franceses quienes dieron a conocer el producto por toda Europa. Su pastel de carne es el más parecido al que comemos en la actualidad.
Gracias a los misioneros y a los exploradores, el pastel de carne se dio a conocer por todo el mundo, aunque en Norteamérica se hizo popular a principios del siglo XIX, aunque hoy en día tienen más éxito los pasteles dulces.
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