No siempre ha sido lo más habitual, pero desde hace muy poco que se cena pavo en Navidad en los hogares españoles. ¿Por qué?

En España nunca ha sido tradición cenar pavo por Navidad, y la principal razón es, básicamente, que este ave no existía en la Europa del siglo XVI. Es evidente que tuvieron que ser los expedicionarios que formaban parte del equipo de Hernán Cortés los primeros europeos en tener contacto con este animal, y lógicamente, quienes lo exportaron a España. 

A pesar de tener un nuevo alimento, la población no aceptó enseguida el consumo de su carne, pues consideraban muchísimo más sabrosa la de la gallina y el pollo. Pero no solo trajeron el pavo a nuestro país y a Europa, también otros productos como la patata, el pimiento, el maíz o el tomate, cambiando por completo la alimentación de la época. Además, conforme se mejoraba la conexión entre ambos continentes mayor era la transformación de esta alimentación.

Pero el pavo no era apto para todos los paladares, ya que estaba reservado exclusivamente para la nobleza, y fue la francesa la que introdujo en sus banquetes muchos de los ingredientes que procedían de América, como el pavo.

En la actualidad, las propiedades que tiene la carne de este animal ha conseguido que no solo se incluya en la cena de Navidad, sino que también se consuma en nuestro día a día gracias a que su carne tiene un contenido bajo en grasa y alto en proteínas.

La tradición de incluir en la cena pavo en Navidad viene de la cultura anglosajona y su cena de Acción de Gracias el último jueves de noviembre, aunque muchos escritores y profesores han señalado que la primera celebración de este día se llevó a cabo por los españoles en el año 1565 en Florida.